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{ El placer de aMAMAntar }

Cuantas veces había oído esta frase, yo que quise amamantar y no pude. Cuantas veces intenté entender lo que significaba y ahora entiendo que me quedaba corta, porque ahora que aMAMAnto se de primera mano qué es y lo que se siente.

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¿Es aMAMAntar un placer?

Claro que sí y muchísimo más: es un placer, un gusto, una sensación, una conexión, un sentimiento, es crecer, es más, es crecer juntas,  es amar, es sentir, es palpar, es saborear cada instante, es ir sin prisas, es no tener que preparar nada, es no tener que levantarte ni despertarte de noche, es colecho (almenos para mi), es despertarte junto a tu bebé (o en mi caso junto a las dos), es facilidad, es naturalidad, es carnal, es una mirada, es una sonrisa con tu pezón dentro, es seguridad, es notar como tu bebé se gira de noche y se sirve sola, es salir de casa con lo puesto y un pañal en el bolsillo del vaquero, es portear hasta el infinito, es su chupete, son nuestros momentos, es dormirse en la teta, es dormirnos juntas poco a poco, es no oír llantos, es cuidar de ti, es abrazarte, es acariciarte y besarte en un solo gesto, es entender el cuerpo de la mujer, es controlar tu cuerpo, es felicidad, es dependencia, es exclusividad, es paz, es sentir que me buscas, es sentirme realizada día a día, es nutrirte y nutrirme, es hacer lo que quieres y amas, es pasar de miradas sucias y comentarios inapropiados, es naturaleza, es sentir como toda tu buscas acercarte y agarrarte de noche y hacerte una bolita contra mi, es poder estar escribiendo este post de noche y a oscuras mientras a la vez  te amamanto mientras duermes…

Por estas razones y mil más que aun me quedan por descubrir aMAMAntar es un placer.

Bona nit!

Paula

Mi fracasada lactancia. Dios, aun me duele…

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Llevaba meses preparándome para ese momento. En un inicio no quería ni oír hablar de Lactancia Materna (LM). Pero los meses de embarazo fueron pasando, las hormonas subiendo, la información entraba en mi a mares… Y finalmente en el tercer trimestre cambié de opinión. Sí quería LM, lo deseaba, lo anhelaba. Estaba preparada y sabía que podía como mamífera que era.
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Nació mi vikinga. Fue el día más maravilloso de mi vida. (Puedes leer el parto aquí) No se agarró al nacer como otros bebés. Lo intentamos por mucho rato y yo agobiada decidí dejarlo por un rato.El primer día fue lleno de visitas en el hospital, una marea de amigos y familiares nos inundó. Mi pequeña durmió casi todo el día y apenas me la puse al pecho. Seguramente por pudor, por primeriza, por tonta, por burra… Ahora mismo los mandaría todos a tomar fanta y les pediría volver otro día. Esa noche fue bien, ella tenía hambre así que cada poco me la cambiaba de pecho. Estaba ilusionada, las dos en la penumbra de la noche, juntas, por fin solas disfrutando de esos momentos… No os mentiré, dolía y mucho. MUCHO.Pasé la noche, sin dormir mucho. 
El segundo día fue igual: Mucha gente y poca teta si recuerdo bien… Pero ella dormía plácidamente la mayor parte del tiempo. Hasta aquí más o menos bien. Hasta que a media mañana llegó una comadrona… «Uy, así no te coge bien el pezón», luego llegó otra «Mejor así y no asá«, luego la primera volvió… «Te traigo una pezonera de silicona porque al tener el PEZÓN PLANO le irá mejor para agarrarse»… BLABLA BLABLA BLABLA…Nunca oí hablar de pezoneras, de pezones planos, de las mil posturas que hay… ¡¡¡Estaba verde, verde, verde como un aguacate!!! Pero nadie cercano estaba ahí para preguntar, para tener un referente, para ayudarme, para saber qué hacer… NADIE. Mi madre y mi suegra no dieron el pecho mas que unas semanitas y son de la quinta de «Mejor un buen biberón».Tercer día, salimos del hospital bajitas de peso. Llegamos a casa y empieza la ODISEA, cada vez que tiene hambre llora desconsoladamente, no se agarra bien del todo, la leche no me ha subido aun…Cuarto día, vamos a clase de lactancia, la matrona lo ve todo feo. Y me siento incomprendida, decaída, asustada, perdida… Pero yo seguí con lo mío. Esa noche me subió la leche. ¡¡¡Por fin!!! Madre mía, mi salvación había por fin llegado. Se me pusieron los pechos como pelotas, tersos, tersos, tanto que la pezonera resbalaba, y Martina no se agarraba… Que llantera teníamos las dos juntas… ¡¡¡QUÉ CUADRO POR DIOS BENDITO!!! Mi prima me explicó cómo vaciarme un poco el pecho y finalmente conseguimos EMPEZAR nuestras andanzas en la Lactancia Materna.baby-crying-at-breastQuinto día, teníamos revisión en el hospital. Martina perdió más peso. Justo hacía 12h de la subida de la leche. Nos ingresaron de nuevo. 6 largos días que empezaron con un «Qué manera de matarla de hambre, dale un biberón por favor, estas nuevas mamás… Blablabla…» Del Pediatra de turno.
Nos subieron a planta de neonatos.
Lo primero que me dijeron: «Dejarás de darle pecho hasta que recupere el peso y podáis iros a casa. Te puedes sacar la leche en la sala de los sacaleches. Verás a otras mamás allí. De este modo sabremos cuanto toma.» Eso se me quedó clavado en la mente y en el pecho. Ahí estaba el fin de mi Lactancia Materna. Qué horror, ni nos había dado tiempo a hacernos la una a la otra que ya nos separaban.

Largas noches en la sala de los sacaleches cada tres horas, las mamás ni nos mirábamos. Eso era horrible. Una sala fría llena de aparatos. Cada una iba con su bote de cristal y cuando lo llenábamos con lo que podíamos nos íbamos. Oías perfectamente el tic-tac del reloj de pared. Ufff qué malos recuerdos. Y el ñiiiiiiiic-ñeeeeecñiiiiiiiic-ñeeeeec de los saca-leches.

Mi vikinga se los tomaba poco a poco. Pero finalmente se recuperó en 6 larguísimos días. Antes de irnos vinieron a vernos enfermeras, pediraras y comadronas. «Ahora póntela al pecho» me dijeron. ¿Qué? ¿Después de 6 días ahora me decís que me la ponga al pecho? Me la puse, y no hacía más que llorar y llorar. Me dijeron mil posturas, y me volvieron a poner las pezoneras… Ya estábamos otra vez. Cada una decía una cosa y yo con la cabeza como un bombo.

Llegamos a casa de nuevo y lo intenté todo un día. Fuimos a clase de lactancia de nuevo. Y la solución que me dio la comadrona fue relactar a mi hija. Resumiendo… Finalmente me dejaron un sacaleches.

Decidí sacarme la leche y no renunciar a mi Lactancia Materna. No estaba dispuesta a torcer el brazo tan pronto. Qué difícil fue la decisión. Qué frustración. Qué mal estar. Qué come-come tenía en mi cabeza. Era muy importante para mi. Estaba preparada y sentía cómo me la habían robado. Se había acabado. Finito. Qué dolor sentía…

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CUATRO MESES Y MEDIO MÁS TARDE… renuncié al sacaleches.  Me divorcié de él. No quería verlo más. Qué agobio. ¡Qué todo! Era como tener gemelos… Te la quitabas para dársela después. Doble trabajo. Noches sin dormir por sacarme la leche 45min, meterla en un bote, despertar a Martina, dársela, cambiarla, dormirla… Y volver a empezar en menos de hora y media… ¡AGOTADOR! Realmente llegas a admirar a todas las mamás que han tenido partos múltiples y siguen con su Lactancia Materna, muchas veces Lactancia Materna Exclusiva (LME). Olé, olé y olé. Me quito el sombrero.

Me compré la pastilla para cortarme la leche. Tardé días en ir a la farmacia desde que lo pensé. Y luego tardé semanas en tomármela desde que la compré. Un sentimiento de culpabilidad me atormentaba. Cada vez que veía bebitos mamando me comía por dentro la envidia sana. ¿Porqué yo no pude?

No lo se. Lo intenté. Y no lo conseguí. No tuve ayuda ninguna. No tuve apoyo ninguno. Nadie me aconsejó. y yo no sabía ni dónde preguntar.

Ahora es distinto. Martina tiene 24 meses. Estoy embarazada de 14 semanas y durante estos meses he conocido mujeres fantásticas, grupos fantásticos y sobretodo, sobretodo mi salvación. Ella se llama Núria.

Conocí a Núria en una de mis sesiones fotográficas. Hace ahora un mes exactamente. La fotografié amamantando a su hijo recién nacido mientras me explicaba que el mayor de dos años y medio aun tomaba pecho y por eso el pequeño lo había tenido tan fácil, ya que le salía leche a borbotones.

Cuando llegó el mayor lo primero que hizo fue ponerse al pecho que le dejaba libre su hermanito. Y allí con esa estampa delante me emocioné. Y rompí a llorar como una niña pequeña. Esa mujer lo había conseguido por partida doble. No sabéis lo que lloré… cómo nunca. Esa frustración, rabia, incomprensión que llevaba ya dos años dentro de mí salieron corriendo al exterior sin manera de poder aguantarme. Y entonces fue cuando Núria me explicó que ella era asesora de lactancia. Sí, ahora se que eso existe y que podría haber sido mi salvación, pero llegué tarde.
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Ahora, embarazada de mi segundo bebé gracias a ella tengo esperanzas, es más, tengo ilusión, estoy emocionada y todo, porqué se que lo conseguiré. Me prometió que en unas semanas nos íbamos a ver y que cuando naciera mi bebé vendría en cuanto la necesitara. Núria ha sido para mi un regalo caído del cielo. Me quitó la venda de los ojos y me hizo creer en mi. Y aquí estoy imparable, de nuevo vuelvo a ser yo, ¡¡¡Esa mujer optimista sin miedos dentro y capaz de afrontar cualquier reto que se me ponga delante!!!
 No me pongo a gritar porqué son las 12 de la noche en mi casa… que sino… ¡¡¡Qué EUFORIA!!!
Me voy a la cama… BONA NIT.

Lactancia materna

Antes de nacer mi hijo, yo tenía muy claro que quería amamantarlo, pero cuando nació tuve mil dudas. Sabía que no todas las mamas pueden hacerlo y tenía miedo de ser una de ellas. No hay nada malo en un biberón lo sé, pero mi ilusión era darle el pecho a mi pequeño.

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Las primeras horas son cruciales. Ponen a tu bebe en tu regazo y te dicen sin más explicaciones que le des el pecho. Es importante que él succione para que tener la subida de leche. Ahora tú, inexperta, intentas hacerlo lo mejor que sabes. Las enfermeras y la familia te dan mil consejos de como debes hacerlo, con la mejor intención, pero a ti sólo te ponen nerviosa y así te mandan a casa.

En los sucesivos días el pediatra controla el peso del pequeño, de esta manera valora si estás alimentando correctamente al bebe. Debido a la pérdida inicial de mi retoño, tuvimos que volver al día siguiente del alta al hospital y gracias a Dios todo iba muy bien.

Pero no es tan bonito o fácil como parece. Si tu pequeño no ha cogido bien el pecho, a los días sufres un dolor intenso…sí…tienes grietas y lo que debe ser placentero se convierte en un suplicio. Te dicen que debes relajarte, ¡jaaaa! ¿cómo una persona puede relajarse sintiendo dolor? Gracias a Dios esto dura tan sólo unos días y no le ocurre a todas las mamás. Yo, por suerte, no tuve que superar ese obstáculo; pues mi nene abría muy bien la boca y cogía toda la aureola.

Tuve otros problemas, debido a que tuve mucha leche, tenía que ponerme copas de plástico para no mojar la ropa, al llevar todo el día el pezón mojado y sin airear se creó un efecto invernadero que me produjo hongos en ambos pezones. Jamas había oído hablar de hongos en el pecho y menos como un problema de la lactancia. Lo llegué a padecer hasta tres veces y,os puedo asegurar, que el dolor es tan fuerte que no sólo duele al mamar si no hasta cuando te roza la ropa. Con mucha dedicación y paciencia pude superarlo y seguir amamantando placenteramente a mi bebé.

Lo sigo haciendo hasta ahora que mi pequeño no es tan bebé. Muchos son los comentarios negativos que he de oír, me dicen que es vicio pero a mí me encanta hacerlo. Es un momento sólo nuestro del que disfrutaré mientras él quiera. Esta es mi experiencia y vosotras…¿Qué handicaps tuvisteis que superar?

Bea

Mamis 2.0

Alimentación del bebé

Una de las cosas que considero más importantes en la crianza de un bebe, es el tema de la alimentación. Por este motivo me he animado a escribir mi primer post sobre lactancia y a compartir con vosotr@s algo de mi experiencia. Me centraré en los primeros meses y como es un tema que puede dar para mucho, más adelante lo podemos retomar.

Cuando me quedé embarazada me vino a la cabeza la gran pregunta: ¿Lactancia materna o artificial? Cuando nuestras abuelas criaban no había dudas, lactancia materna, no había más y entre ellas se apoyaban y ayudaban. Con nuestras madres la historia cambió, las mujeres salieron al mundo laboral y el biberón se impuso. Las compañías farmacéuticas encontraron una mina con esto. La leche en polvo es cara y después están los biberones, que si grandes, pequeños, anticólicos, … en fin, un mundo.

Nosotras tenemos la posibilidad de escoger y no voy a entrar a juzgar ni a las mamas que dan biberón ni a las que dan pecho hasta los cinco años de la criatura. Ambas opciones me parecen muy correctas, pero si me gustaría reivindicar la falta de apoyo que tenemos las mujeres tanto si decidimos una cosa como otra. Las mamas que deciden dar biberón son cuestionadas a menudo por su decisión y las que decidimos dar pecho no tenemos suficiente apoyo para resolver las múltiples dificultades que se presentan con la lactancia materna. Yo decidí lactancia materna y os expondré algunos falsos mitos y problemas con los que me he topado en mis dos maternidades.

  1. Dar el pecho es algo natural y toda la vida se ha hecho, cuando nazca ambas os acoplareis.” Falso. Cuando nace no sabes muy bien ni como cogerlos y mucho menos mantenerlos con una mano mientras con la otra introduces el pezón. Lo mejor, para evitar las grietas, es introducir el pezón y parte de la aureola en la boca del bebe.
  2. En el Hospital las enfermeras te ayudarán”. Depende. Hay personal encantador pero, siento decirlo, también hay quien no tiene la suficiente paciencia que necesita una mama primeriza. Las primeras horas son muy importantes, yo aconsejaría sobretodo que la mama tenga mucha tranquilidad, mi opinión es que las visitas pueden ser más cortas o esperar a la salida del Hospital. Lo primero es el bebe y la madre.
  3. Los pezones no tienen que doler si la posición es correcta”. Falso. Los pezones duelen al principio y, si la posición es correcta y no tienes grietas, cada vez menos. Recuerdo que a mí me iba muy bien una crema de Lanolina para que no se agrietaran.
  4. Si el vaciado es correcto no tiene que doler el pecho”. Falso. Al principio la cantidad de leche es mucho superior de lo que el bebe necesita y los pechos están muy hinchados y doloridos. Si además te los vacías con sacaleches, como hacía yo, tarda más en regularse. El sacaleches ayuda en muchos momentos pero mejor no usarlo por rutina, a no ser que exista alguna dificultad para que el bebe mame, en esas ocasiones te puede salvar. Recuerdo que yo utilicé varios y el que mejores resultados me daba era el manual y el automático de la marca Medela.
  5. Si no mama cada 3 horas es que no tienes suficiente leche y necesita suplementoFalso. Los bebes tienen un estómago pequeño y se llenan rápido pero también se vacían rápido. Por eso no hay que poner horarios, la lactancia debe ser a demanda. Mis niñas había ocasiones que volvían a pedir a la hora de la última toma. Sobre todo en las llamadas crisis de lactancia.
  6. Debe mamar 10 minutos de cada pecho” Falso. Cada bebe lleva su ritmo, algunos tardaran más y otros menos. También a demanda es lo correcto.
  7. Al dar el pecho recuperarás tu figura con más rapidezDepende. Si tienes un metabolismo privilegiado pues quizás sí pero servidora no es de esas. Cuando das el pecho también tienes mucha hambre y mucha falta de sueño, por lo que te apetece comer y, no siempre, cosas sanas, ejem, ejem…. ¿Y no vas a privarte de comer verdad? ¿Y si después a tu hija le falta algún nutriente necesario? No, no y no, si hay que comerse un bocata de jamón pues una hace el sacrificio y se lo come.

Estos son algunos de los puntos que os expongo, podría alargarme más pero creo que para empezar es suficiente.

Para mí la lactancia materna ha sido muy gratificante pero, también hay momentos, en que acabas agotada y dolorida. Dar el pecho sólo puede encargarse la madre, para que el padre no quede excluido los primeros meses y la madre pueda descansar, hay muchas otras cosas que los papis pueden hacer: bañarlos, acunarlos, distraerlos mientras mama duerme. Yo animo a todas las madres, que quieran dar el pecho, que no se rindan, que aguanten el primer y el segundo mes, que pidan ayuda a los grupos de lactancia, a la gente que les quiere, que las dificultades pasan y después va mejorando. Los pechos dejan de doler, la cantidad de leche se regula, el bebe espacia las tomas y entonces empiezas a disfrutar de esos momentos únicos e irrepetibles, momentos de compartir, de dar y recibir amor que te hacen sentir una unión con tu bebe muy especial. Cuando llegas a ese punto, siempre merece la pena.

Belén