Tengo la mala costumbre de fantasear con el futuro, de imaginar cómo serán las cosas. Y digo mala porque las cosas nunca son como pensamos, ni para bien ni para mal. Y en la maternidad esto ocurre a cada momento.
Acabo de poner mi habitación patas arriba, de comprimir todo para poder poner la cuna grande. Esa que coloqué en una preciosa habitación infantil porque era imposible que cupiera en la mia. Pues por lo que se ve si que cabía jajajaj…
Y todo esto en un intento a la desesperada para ver si mi Agapito duerme mejor pero ni mini cuna, ni cuna grande ni nada. Este niño tiene ciclos de sueño muy cortos 😅 y de la única manera que descansamos, mínimamente, es colechando.
Podemos pasarnos papá y yo toda la noche intentando dejarlo en la cuna que, en cuanto roza las sábanas, se despierta y llora. Vamos lo que viene siendo el típico caso de la cuna con pinchos. Así que, si lo meto en nuestra cama al menos me ahorro el tiempo perdido de los intentos.
Y entre nosotr@s, me gusta dormir a mis anchas pero su cuerpo calentito y su respiración hace que yo me duerma en cero coma, y seguro que en un par de años añoro estos momentos.
Conclusión: ¿Para que montar una maravillosa habitación infantil si nuestros bebés solo quieren estar a nuestro lado?
Nos venden una maternidad idílica, diferente a la realidad. No peor, solo diferente. Los bebés no duermen toda la noche en su cuna…aunque uses esos fantásticos pañales jajaja.
Y esto es lo que hay, un niño maravilloso que le encanta dormir a tu lado y que no duerme como los adultos porque por eso son bebés y están en pleno proceso madurativo.
Bea
Mamis 2.0